3 comentarios

II - Puntos suspensivos



Llueve, deliro y suena un bolero.
Que me pone a pensar, a filosofar,
a descifrar y a lamentar.

Mientras, allí fuera, en las montañas,
se va izando despacito una bandera
de libertad, de perfección,
de poder justo y absoluto,
bandera con la cual
Ella siempre se proclama
pero nadie lo suele notar.

Y con el tiempo,
tal y como sentencian las escrituras
su ira descenderá sobre aquellos
que cegados de ingratitud y soberbia
sueñan de forma altruista
con declararse amos
y señores de su gloria.

Y entre pesadillas
que recrean mares bravíos
y ciudades en ruinas,
se escurre tanta realidad.

Llueve, y es que Ella,
hoy sólo tiene ganas de llorar.

0 comentarios

Perdonen mi locuacidad


Qué grosería sería asomarme al blog a contarles sobre pasajes amorosos, sentimientos contradictorios y demás vivencias y emociones de la juventud mientras el cielo ahí fuera se nos está viniendo encima. Literalmente.

Así que no voy a huir de la realidad a través de la ventana colorida de un cuento de ficción. En su lugar, esta noche vengo a darme un encontronazo con una realidad tan gris como los nubarrones que veo desde mi habitación. Vengo a quejarme, a gritarle al sistema y a reivindicarme. Vengo a decir cuestiones inútiles para desahogar la impotencia y así seguir practicando mi hobbie favorito: Lanzarle palabras al viento, como un tonto le lanza piedra a los aviones.

Pero es que sinceramente, a mí hay actitudes que me saben mal. Qué inconsciencia-porque es que no hay otra forma de describirlo- la de aquellos que se limitan a vivir tras la burbuja, gritando como borregos que todo saldrá bien mientras se sientan a "descansar" del insoportable peso del día a día. Quejándose de que las lluvias arruinaron la reunión en casa de Chucho y que la rumbita del sábado se achantó. De la inminente imposibilidad de disfrutar de las vacaciones decembrinas agarrando un solecito en la playa. Aquellos que llegan a casa completamente hastiados, ahogados y abrumados por el colón de la hora pico, a quejarse de las injusticias de la vida escudándose en sus días aparentemente difíciles. Gente que no come cuento para decirle al resto que dejen el pesimismo y tanta mala vibra.

Gente que no se morirá de una hernia, una subida de tensión o de un infarto, pero sí padecerá de una amargura infinita y de la sensación terrible e insoportable que resulta de la indiferencia crónica, la insensibilidad impuesta y la total ausencia de conciencia ciudadana.

Porque nunca nadie dijo que pa' ser alguien consciente y útil en el presente, hay que ser un mártir nacionalista. Por favor señores, sin demagogias, excusas o manipulaciones, vamos a ponernos los pantalones que ahora es que hay cabos sueltos por atar en este país. Que el cambio nace y se logra a través de cada uno de nosotros. Sin más.

Nota: Guardar silencio en lugar de decir sandeces puede ser también un gran aporte.

2 comentarios

Hacia Nunca Jamás


Ella solía soñar colgada a la ventana. Y perdía el sentido del tiempo y también el del espacio. Pasaba los inviernos contando suspiros sin aliento, veranos bailando en las farolas de la esquina, otoños contando con pasión sus historias y primaveras desgastando la sonrisa.

Ella solía soñar abrazada a la almohada y tanto ella soñaba, que jamás supo si las noches plateadas fueron mito o realidad.

Ella solía soñar mientras sus mejillas estaban pintadas de un natural rojo cerezo, mientras sus ojos brillaban con un fulgor intenso y su mirada vagaba perdida entre lo infinito de su sueño.

Ella solía soñar... Y con tanta devoción lo hacía que nunca jamás se supo como en cada sueño ella moría. Tanta fue la magnitud de su belleza y la inmensidad de su delirio, que aun en el Hades, consiguió un campo de rosas eternas donde inspirar al pensamiento para cantar una oda a los besos de fuego, al romanticismo a poca luz y a los paseos de Luna por la orilla del mar.

0 comentarios

I - Puntos suspensivos


Fue entonces cuando la historia dio un giro voraz,
terriblemente difícil de neutralizar.
Ya no había un "nosotros", pero tampoco un "jamás".

1 comentarios

Las tardes de domingo



Son raras. Como diría la canción de Amaral, que por cierto tenía mucho tiempo sin escuchar a pesar de que me solía gustar mucho. Supongo que es algo normal olvidarse de las cosas por la excusa perezosa de creer que no hacen falta. Cuanta flojera nos da pensar, ¿no?

Total, mejor me centro que ya me voy por las ramas. ¿Qué decía? Ah, sí. Las tardes de domingo son raras. Acumulan el cansancio de la semana y la fiesta de la noche anterior, la presión de pensar -cual intolerantes- que el lunes se acerca implacable. Son horas de estar por estar, de andar en casa, de ver alguna película. Quizá leer un buen libro, preparar una receta gourmet, dar una visita a los templos, o siestas de belleza. Y para los más modernos y enérgicos, el día ideal para pasear por una urbe de contrastes.

Me atrevería a decir que en domingo a nadie le agrada mucho pensar y por su parte, optamos por disfrutar de veinticuatro horas libres para hacer poco más que nada mientras hundimos la cabeza en la almohada intentando bloquear los pensamientos cada vez más pesados de un lunes que se viste de un traje muy visto y aburrido. Llenos de tedio y con una pizca de terror, intentamos huirle a esa rutina que igual nos ganará la batalla desde el instante en que apaguemos las luces y nos quedemos dormidos.

Mis tardes de domingo suelen ser más comunes de lo que imaginarían; los paso sin nada que contar y muchas ganas de desperdiciar el tiempo. Sin embargo, quizá hoy sí sea un domingo de los raros. Guiada por un impulso decido escribir alguna tontería antes de rendirme plácidamente entre los brazos de Morfeo, y así aprovecho para echar un vistazo a lo que él (Rob) escribe, mas pienso que aborrezco los tags tan simpáticos que adornan sus entradas. No es mi estilo, no va conmigo. Detesto tanto tecnicismo y tanta ansiedad por la clasificación. Pienso que podría escribir quejándome de él y sus tags, naturalmente a nadie le importaría mis intenciones. Pero debo admitir que tras apenas dos minutos escribiendo sobre domingos insustanciales desistí de encajar mis quejas anarquistas y me metí en la cabeza la idea de que tampoco estaría tan mal...

Es así como concluyo que adoro esos domingos (raros) donde sólo te levantas sonriendo y diciendo ¿qué más da? Incluso si hablamos de canciones, rarezas y etiquetas de blog.

Feliz inicio de semana. ;-)

0 comentarios

Normas deliberadamente inconclusas de la RAE


Así me tienen las nuevas reglas/normas o como a usted le guste llamar de la RAE, pero Dios mío, ¿cuál es la necesidad de crear reglas estúpidas a estas alturas del negocio? Una regla que me causó mucha risa fue la de "y griega" que ahora pasará a llamarse "ye", pero... ¿ya no usábamos eso nosotros? Por lo menos en Venezuela lo he escuchado un montón de veces; entonces wao diré que somos ultra-súperdesarrollados y ya sabíamos que era algo que implementaría la RAE en un futuro, ¿cierto? Otra regla que causará controversia -y está causando ahora mismo -es la regla del "Guión" sin tilde, demonios. Ya no me habían enseñado que una palabra aguda con terminación n/s lleva tilde, entonces ahora me dices que debo quebrantar una norma superior sólo por la flojera de no poner Guion con tilde.

A los que ya leyeron las nuevas normas de la RAE sabrán que me equivoqué mientras escribía, pero yo les digo que no porque según las nuevas normas 'sólo' puede llevar tilde si deseas ponerlo; para los que no sabían 'solo' llevaba tilde cuando podía reemplazarse por solamente o únicamente, ahora la tilde la puedes poner si te provoca o si no. Si un gobierno me dijera "mata o no mates" es tu problema, es cierto pero entonces irrespetaría una norma judicial fuerte y atentaría contra los derechos humanos, mi cuestión es: si vas a poner normas que sean claras y concisas no "si quieres ponerlo... hazlo", no lo acepto. Aún me faltan varias normas por expresar mi descontento pero ahora mismo les dejo sólo solo estas.

¡Estoy ido!

0 comentarios

Érase una vez...




Érase una vez... así siempre comienza la historia de un libro infantil prometedor. Sí, ya sé que se preguntan a qué me refiero cuando digo prometedor, quizá prometa que te c*** la cara... o quizá que te hará feliz (si tienes 6 años o menos), a tu hijo/sobrino/hermano gustará pero tomemos en cuenta que esas son cosas de Disney, ahora júzguenme todo lo que quieran pero por eso se llama Delirando, ¿no? No sabes qué escribes, no tiene sentido pero hace que pierdas tus cavales; ésa es la idea principal. Difamaría si dijera que me la paso escribiendo cosas sin sentido en el blog, pero en Twitter soy un As para escribir frases ilógicas que tratan de colarse en las mentes del colectivo; no te vayas a volver loco/a leyéndome, ya es cosa de Jóvenes (y no es nada personal) pero creo que esa cuenta es tan Bizarra como político prometiendo regalar chocolates diarios a todo el pueblo (y hasta más). Ya me desvié del tema, todo por culpa de ustedes, de esas noticias que leo cada mañana diciendo: "Murieron tantas personas...", eso me hace pensar, coño: ¿qué se supone que hace el gobierno para protegernos? Si prometes cumple hermano...
Olvidemos la política por un rato y vamos a distraernos delirando más, imagínate que estás en una selva de África (no, no está Tarzan) y tratas de relajarte acostándote en esa selva húmeda..., para los que todavía intentan relajarse; YO no puedo... Esa plaga africana es muy fuerte, zancudos y demás insectos que provoca estar matando uno por minuto; bueno esos.
Ya los dejo en paz por un rato y trataré para la próxima saber de qué voy a hablar y no decir tantas cosas ilógicas como me la paso haciendo en Twitter, eso sí si quieres visitar mi cuenta necesitas autorización de tus padres o representante, contenidos fuertes. (@RobinsonRecalde) Otra cuenta que no te puedes perder por nada del mundo y es una persona también crazy es @WenRc.

Estoy ido!

0 comentarios

La ventaja de un blog random.


Es que puedo darle múltiples giros al contenido del mismo. Puedo abarcar desde el buen humor hasta la gastronomía. Incluso puedo fusionar ambos elementos en una misma entrada y queda del carajo (¡ups!). ¿No me creen? Para muestra "un par de botones", directamente desde Barinas y desde Costa Rica...


0 comentarios

Qué fino.



Que yo, que tú, qué tal. Ni yuca flai ni aicantolwashingtontu. We speak caraqueño.

3 comentarios

Gustavo Cerati


Desde principios de los 80s su voz, su guitarra y su ingenio han sido protagonistas del crecimiento de varias generaciones. Convirtiéndose en uno de los exponentes más importantes del rock iberoamericano. Como miembro de Soda Stéreo o como solista, nunca perdió esa esencia y ese sentido visionario que lleva su nombre en tinta indeleble, esencia que impide que algún otro artista ocupe el espacio que le pertenece en la historia y en los corazones de sus fans. Hoy, lamentablemente sigue bajo el profundo sueño de un coma desde que sufrió un ACV en mayo, durante un magnífico concierto en Caracas; mientras sus fans recurren a la fe para que más temprano que tarde vuelva a estar entre nosotros para darnos más de su rock y su genialidad.

Fuerza Cerati.


0 comentarios

Al final del día


Cae la noche, me encuentro cansada y abrumada; me detengo a pensar y hacer un pequeño recuento mental de todos los episodios del día. Empiezo entonces a registrar cuán productivo ha sido, cuanto queda por hacer y de forma inevitable, preguntarme si realmente ha valido la pena.

¿Ha valido la pena la cara gruñona al levantarme?
¿Ha valido la pena los enfados y las amarguras a causa de gente molesta que directa o indirectamente viene a arruinarme el día?
¿Ha valido la pena las discusiones eternas sin punto de inflexión?
¿Quizá lo valieron aquellas horas vacías donde desperdicie una fracción valiosa de mi tiempo?

A medida que me interrogo, me doy cuenta que en este instante no consigo entender o tan siquiera encontrar una justificación para esto. Y simplemente me conformo pensando que en su momento tuvo algún sentido.

¿Cuántas horas y cuántos días no hemos desperdiciado dejándonos llevar por sentimientos o acciones negativas que a la larga sólo nos hicieron pasar algún mal rato? Y peor aún, ¿cuántos momentos hemos desaprovechado y destruido por llevar la pesada carga de las cosas negativas que ennegrecen nuestro pasado?

Qué triste es ponerse a pensar en ello y descubrir que somos víctimas recurrentes de esta situación. Qué triste darnos cuenta cuantos minutos de la vida hemos dejado pasar sin hacer que valgan la pena.

0 comentarios

En el año que nací...



El mundo era un lugar diferente. Así es como whathappenedinmybirthyear.com comienza a redactar en tiempo real un texto bastante extenso sobre los acontecimientos más relevantes que ocurrieron en 1994. Desde premios Oscar y Nobel, hasta lanzamientos de películas, publicaciones de libros, inicio o fin de guerras, farándula, músic,a política y hasta deporte. Esta web se encarga de redactar amena y velozmente una síntesis de lo que estaba pasando en ese año, también hace referencias a la década y nos va resaltando las diferencias entre la época actual y el año que hayas colocado al entrar a la página (¿quién dijo que sólo podíamos introducir nuestro año de nacimiento?).

Excelente e interesante, la pena para algunos es que está en inglés. Y sospecho que a algunos nos llevará a recordar -a duras penas- cómo era la vida sin Google.

0 comentarios

Imagen de hoy


"Primero me moría de ganas por acabar el colegio y empezar la universidad.
Después me moría de ganas por acabar la universidad y empezar a trabajar.
Luego, me moría de ganas por casarme y tener hijos.
Después me moría de ganas de que mis hijos crecieran para poder volver a trabajar.
Después, me moría de ganas por jubilarme.
Y ahora, me muero... y de repente me doy cuenta que me poco a poco me olvidé de vivir.

Por favor, no dejes que esto te pase a ti
Valora tu situación actual y disfruta cada día... viejo amigo."

"Nosotros perdemos nuestra salud para hacer dinero,
y después gastamos todo ese dinero para traer de vuelta esa salud que perdimos."

"Vivimos como si nunca fuéramos a morir,
y morimos como si nunca hubiésemos vivido."

Esta imagen la encontré una vez navegando por Internet y no pude evitar guardarla para recordar esas palabras de vez en cuando. El mensaje tiene sus añitos y circula por el millón de páginas frases inspiradoras (inspirational quotes). Los autores de los tres pequeños textos parecen ser anónimos, aunque la frase del dinero la citaba Prem Rawat en uno de sus discursos. Anónimos o no, son palabras sabias que deberíamos tener siempre en mente. Aunque me es inevitable no recordar las palabras de Virginia Woolf, "for most of history, ‘Anonymous’ was a woman."

Los invito a la reflexión.

0 comentarios

Confesión cobarde


Voy a ser infantil, idiota y descontrolada. Porque así soy de vez en cuando y pretendo ahogar mis arranques en este muro de confesiones y confrontaciones.

Verán. Tengo una intranquilidad que se oculta la mayoría del tiempo, si la compañía es buena o estoy distraída con algo. Pero que sale a flote cuando estoy a solas con mis pensamientos. Sin embargo, no es una intranquilidad de esas que frustran o amargan. En lo absoluto. Es de esas que simplemente te tienen con una sensación de "no sé qué" y ya.

Soy valiente y me desenvuelvo bien con el resto. Tengo el valor para encarar a cualquier fulano e invitarlo a algo. No tengo vergüenza, a menudo olvido qué es eso que llaman pudor. Pero tengo mi talón de Aquiles. Y en esta etapa cursi y abstracta de mi vida, él es el talón de Aquiles de mi valor. Porque esa intranquilidad que viene de vez en cuando tiene origen en las cosas que giran en torno a él conmigo o a mí con él, que es igual. Porque la sencilla idea hipotética de hablarle para hacerle cualquier invitación o proposición amistosa, eleva dicha intranquilidad a la enésima potencia.

No es la tontería de no saber cómo cruzar la línea de "ser desconocidos", tampoco se trata del común caso de la falta de confianza. Mas bien, se trata de algo mucho más simple. Algo que me causa miedo y terror. Algo ridiculísimo: Un miedo abstracto a la posibilidad de hacer todo juntos; al hecho de conocer al pie de la letra todas sus historias; y compartir todo mi tiempo, mi entorno y mis planes con él. A pensar en mí para vivir por él, parafraseando al Don Frases Imposibles, Ricardo Arjona (¡demonios! Si su nombre está en esta entrada, definitivamente tengo algún problema serio).

La verdad es grave, porque no es que yo le temo a que forme parte de mi vida. Le temo al día en que sencillamente me despierte pensando que tomar un pedacito de nuestras vidas para los dos ya no es suficiente. Y por ende, me enamore perdida y rotundamente hasta el punto de sólo amar mi espacio si está él. Le tengo pánico a eso. No a que él se apodere de mi espacio, me asfixie y me robe toda razón. No. Es al hecho de que sea yo quien decida reducir los límites de mi individualidad, para regalarle -junto a la mejor de mis sonrisas- más de mi espacio. Qué cursi y detestable suena la idea.

Entonces, entre miedos, incertidumbres y noséqués, me mantengo en ese punto de la situación en el que todos los días me visto con mi orgullo más cínico para así ignorar los gritos cursis de mi corazón. Quién diría que yo -tan romántica y emocional- sería una experta al momento de dosificar cautelosamente este bojote de sentimientos para intentar detener esos desenfrenos. En vano, por supuesto, porque al final de cuentas la vida tiene una regla natural: Lo que tenga que ser, será.

0 comentarios

Del pasado sólo guardo...


Esas risas que aún retumban en mi mente, entre recuerdos distorsionados e imágenes difusas de rostros que en aquel entonces compartieron conmigo. Esos besos caducados que yo guardaba en secreto, en la cajita de al lado donde solía esconder el corazón.

Los silencios, las cartas, las notas absurdas, los días de estar por estar, las noches de hablar y divagar. Las primeras emociones que me hicieron estremecer y sentir el ridículo cosquilleo del enamoramiento, esas que en su momento negué y hoy extraño a rabiar a pesar de haberme enamorado al menos diez veces más desde entonces.

Las lágrimas que en su momento sabían amargas y hoy me hacen reír. Los momentos de vergüenza, los momentos de burlarse de uno mismo, los cuchicheos y la complicidad sumada a esos chistes sin gracia que tanto nos solían gustar.

Los días del colegio, la timidez y la osadía ocasional de la infancia, las preguntas incómodas y los descubrimientos casuales que hacían que el día valiera la pena. Los días de Sol jugando con gente que hoy en día me resulta desconocida. Los días de lluvia, cantando canciones a guitarra, matando el tiempo y las ilusiones creyéndome demasiado mayor como para recurrir a la cursilería.

Las películas, las buenas y las malas, las de acción y las de terror, las románticas, las insulsas. Esas que se te calan en la memoria hasta el final de los tiempos. La esencia de cada una de esas charlas sobre el sentido de la vida y las filosofías más adecuadas, las que rebosaban de imaginación. De esas en las que jugábamos ser personalidades de vidas pasadas, mientras que -a la par- planeábamos futuros que a día de hoy todavía intentamos lograr.

Las canciones de amor. Pero sobretodo las de desamor. Esas que te servían para matar el tiempo hallándole un sentido desgarrador. También aquellas canciones que iniciaban un baile desenfrenado, regalándote al menos cinco minutos de libertad. Los hits de la temporada y los de antaño. Canciones de sueños, de fe, de alegrías, de batallas perdidas. Canciones que forman parte del soundtrack de mi vida.

Aquellas fotos que me señalan que los años no pasan en vano y me susurran que son retratos de épocas donde éramos felices, y no lo sabíamos, como mucha gente dice. Fotos espantosas y bochornosas, de esas que podrían bajarte el autoestima hasta que los suspiros de nostalgia cesan con una sonrisa.

Las fiestas, los bailes, los nervios, las conquistas y las cicatrices de numerosas caídas y derrotas. Medallas que tejen mi orgullo, sentencias de que soy ciudadana del mundo y estoy dispuesta a comérmelo aunque intenten cortarme las alas.

Los enfados, los días del "o me hablas o no te hablo", las sensaciones devastadoras al decir adiós. Pero olvido cuantas veces me enfadé, cuantas veces me ganó el orgullo y cuantas veces huí o te vi marchar. No porque a estas alturas me duela, sino porque de los recuerdos sólo busco quedarme con la mejor parte y porque de los números nunca fui muy amiga.

Los sentimientos, la gente que me quiere, la gente que quiero, las promesas rotas y aquellas que buscaré mantener. Porque sí soy sensible por naturaleza ya va siendo hora de aceptarlo.

Del pasado sólo guardo...

Los libros que entre líneas me dieron un mundo interior más vasto, las huellas en terrenos equivocados para no volver atrás, las palabras de los sabios que me formaron un criterio, las lecciones aprendidas y los retos ganados que me enseñaron a perseverar. Guardo mi fe para multiplicarla dentro y fuera de los templos, el coraje de no callarme ante una injusticia, los ejemplos de cobardía que son como un espejo del bien y el mal.

Las miradas que me robaron el aliento, los cálidos abrazos, los silencios contundentes, las sonrisas más hermosas, las travesuras, las aventuras prohibidas, los errores a los que te arrastra la ingenuidad. Porque esos momentos jamás se borrarán de mi memoria.

Todo aquello que necesito y deseo contemplar ahora que he decidido dar pasos firmes siempre hacia adelante. Sin que me pese, sin que me afecte, sin que me haga dudar.

Guardo los sueños y los héroes que van marcando mi juventud para que decoren las banderas que me encuentre el día de mañana. Para que sean las brasas que intensifiquen el fuego que mantiene viva la inocencia, la poesía y la niñez de mi corazón.

Y en el bolsillo derecho un papelito con una fórmula escrita a lápiz: Suma cada momento que te sacó una sonrisa e intenta multiplicarlo siempre que puedas.

¿Y tú, qué guardas?


0 comentarios

La profundidad de un sinsentido.


Sinsentidos, banalidades, desvaríos, sueños casuales. De esos que se escurren con un suspiro y revientan en una carcajada que normalmente la inicia el interlocutor que está justo al frente, saboreando tus palabras.

En un orden idóneo donde se junten dos -o más- interlocutores con la chispa adecuada podría lograrse más que una buena tertulia o unas cuantas sonrisas, momentos épicos que marcarán sus historias y serán trascendentales -de alguna manera- en sus vidas.

¿Entienden lo que quiero decir? Un sinsentido podría dar origen a una conversación explosiva. Que permita pasar la barrera transparente que siempre nos autolimita, haciéndonos llegar al otro lado. Al lado sensible, el humano, el artístico, el de la realidad fantástica. Donde un sin fin de ideas se ven volando a grandes velocidades, confundiéndose entre sí, pero sin chocarse o mezclarse. Ese espacio único y misterioso que permanece al acecho, esperando que te inclines a contemplarlo.

Un sinsentido puede hacer clic en nuestro simple pero complejo sistema. Y transportarnos mágica e instantáneamente a ese lugar que llamamos imaginación. Donde coexisten conejos multicolores y lobos que bailan mientras se desata una guerra biológica.

Me siento obligada a complementar estas líneas diciendo que bienvenidos a un blog que no busca ser una parada obligada, ni un lugar serio digno de ser recomendado. Esto es simplemente un rincón que no busca ser nada, porque nació sin un objetivo definido. Sin discusiones previas o planificaciones mortíferas que aunque se hagan con ilusiones, al día siguiente se recuerdan con recelo y apatía. Es un lugar improvisad. Una noche cualquiera. Por razones insulsas.

El inicio de algo. Que aún no sabemos que es.